GRANDEZA ES alguien sobresaliente en magnitud, en calidad o efectividad, es por definición congruente, completo y está al servicio de otros.
Grandeza podemos definirlo como Magnanimidad, cuando tu Ser aplica a convertirse en la versión más grande, el más preciado que puede llegar a ser. Es Magnánimo porque se pone al servicio de los demás o de un grupo de personas que necesitan de los dones o habilidades de ese Gran SER.
El ser tu Grandeza o vivir en la Grandeza, es un acto de Bondad hacia ti y hacia los demás, hacia el mundo.
La Grandeza de la Vida es igual de magnánima, si vives al pendiente de los problemas, o de sobrevivir, no ves el servicio o la gracia que la vida te está brindando. Cada sincronicidad, cada eventualidad está presta para ser utilizada por ti ya sea por una ganancia de vida (éxito o acierto) o una ganancia de experiencia o aprendizaje (fracaso o tropiezo).
Este acto de bondad de ser Grandiosa, significa ser auténtica, es hacerle caso al corazón y muchas veces da miedo, y se necesita mucho estómago para hacerle frente a ese temor de hacer brillar tu luz.
Meditación paravivir la Grandeza.
COMO DETECTAR QUE NO VIVES EN GRANDEZA.
Cuando una mujer o un hombre se da cuenta que no está siendo lo que pudiera ser.. que como te das cuenta, es un sentimiento de estancamiento de frustración, de un hueco en un área en tu vida. alli donde quieres dar el salto al siguiente nivel es un llamado a la grandeza.
La grandeza se nutre con la gracia y gratitud; es decir cuando tu aún sin ser o reflejar tu máximo potencial, tu gran persona, vives trabajando en ese idea y te sientes agradecida, bendecida, viviendo en la gracia de poder experimentar este trayecto, alli se junta tu vibración en coherencia de corazón.. allí tu propósito de evolución se está llevando a cabo mostrando cada vez más luz en ti o poder para sortear el juego de la vida.
La grandeza se alinea cuando tu propósito es claro en tu corazón y tus actos demuestran que trabajas en congruencia cuerpo mente y espíritu, en servicio amoroso, Independientemente de que hagas o que actividad realices, si lo haces en armonía con tu ser, cada vez irás integrando capas más amplias más de tu circunstancia. Incluyendo en tu grandeza a tu familia, tu pareja, tu casa, los animales y plantas con quien vives, y así cada vez más amplio hasta llegar a integrar junto con otros Grandes Seres magnánimos a la Madre tierra. Si nos asociamos con Gaia, que yo la veo como esta nave que surca el espacio del universo en compañía del Sol y su sistema planetario.
Me gustaría mucho que supieras del curso que tengo para ti que se llama VIDA DIVINA, LA GRAN VIDA. en donde profundizaremos en este tema cómo encontrar tu Grandeza, sintonizarla, vivir la Gran Vida en prosperidad y en propósito que dicta tu Corazón.. es en este curso salir de la oscuridad mental para mostrar tu luz al mundo.
Enfocaremos la energía del día para reflexionar que VIVIMOS PARA DESARROLLAR UN DON, parte I.
Nos inspiraremos en una entrevista hecha a Sobonfu Somé, una de las voces más escuchadas de la espiritualidad africana, donde nos transmite las enseñanzas de un pueblo antiguo que vive en comunidad.
Sobonfu Somé falleció el 15 de enero de 2017. Cuando le hicieron esta entrevista, en octubre de 2013, su cuerpo arrastraba las consecuencias de la desnutrición que vivió de niña en Burkina Faso, el país africano donde nació. Pero ella estaba convencida de que no podía haber crecido en un lugar más rico, porque la sabiduría de su pueblo nutre y llena el alma de sus miembros. Sin perder el sentido del humor que la caracterizaba, Sobonfu Somé dedicó su vida a enseñar las tradiciones y rituales de su tribu, los dagara, para contribuir a sanar las relaciones y mejorar el bienestar de las personas.
Su nombre significaba “guardiana de los rituales” y, como predijeron los sabios de su tribu cuando era niña, se convirtió en una de las voces más escuchadas de la espiritualidad africana, lo cual implicaba para ella la escisión de vivir entre dos mundos que interpretaban la vida de forma muy diferente.
Ella trataba de tender un puente entre estas dos cosmovisiones, mientras apoyaba a su pueblo con una organización para que pudiera disponer de agua potable, algo muy difícil de lograr en el sur del Sáhara debido al cambio climático.
SOBONFU SOMÉ: TODOS SOMOS UNO Durante su conferencia previa a su taller “Enseñanzas africanas sobre el amor y la amistad”, organizado por el Institut Gestalt de Barcelona, lo primero que afirmó es que “todos somos uno”. Esa es la base de la cultura dagara, para la cual el poder del individuo no puede desligarse de su comunidad, que le protege y le permite desarrollar lo mejor de sí mismo.
Sobonfu era una mujer llena de serenidad y sabiduría. Conocerla le permitió a la entrevistadora sentir el pulso de un pueblo lleno de belleza.
–Cuénteme cómo vive la tribu dagara en Burkina Faso. –Vivimos en una tierra donde no hay agua ni habitaciones y donde lo que hay se comparte. Todo lo tuyo pertenece a la comunidad, incluso los hijos. Creces entendiendo que tienes cientos de padres, cientos de madres y un sinfín de hermanos. Cuando una pareja se casa, todas las parejas de la comunidad se casan de nuevo renovando sus votos de amor con los novios. Toda relación personal tiene una dimensión espiritual, no importa cómo se haya establecido o si se reconoce su espiritualidad. Tampoco los problemas son privados, sino que se resuelven en el seno de la comunidad.
–¿Incluso los problemas de pareja? –Naturalmente. Si yo un día me levanto mal, alguien enseguida vendrá a preguntarme qué me pasa. Si soy lista, contaré enseguida qué me ocurre; de lo contrario tendré que soportar un desfile de gente preguntándome lo mismo una y otra vez. Y es que cuando alguien sufre un problema se atribuye a que el tejido de la comunidad no está bien; esa persona simplemente es la voz encargada de ponerlo de manifiesto. Si alguien enferma, la enfermedad se halla también en las raíces de la comunidad. Entre los dagara y otras tribus de Burkina Faso nadie dice: “Tengo un problema”. Si te sientes aprisionado por un problema no puedes resolverlo, pues te falta la distancia necesaria para comprender su origen y encontrar una solución. Tienes que dejarlo en manos de la comunidad. La primera vez que oí a alguien decir “tengo un problema” me asusté mucho.
–¿Qué les diría entonces a quienes sienten que tienen un problema porque se enfrentan a una crisis personal, económica, laboral, etc? –El problema es que cuando llega la crisis nuestra prioridad es empujarla para que se vaya. Pero para resolverla es preferible abrazarla, entonces ya no es un enemigo al que se deba vencer. Solo cuando no te asusta empiezas a encontrar la manera de estar con ella. Es importante abrazar el dolor que conlleva la crisis para comprender qué molesta tanto a esa persona, familia o comunidad. Suele ser útil preguntarse: ¿Cuál es la bendición que viene de este reto? ¿Qué es lo positivo que puede llegar de todo esto? ¿Qué se está abriendo ante mí que aún no sé ver? Cuando se da una crisis de pareja conviene tener en cuenta que las relaciones constituyen un camino que permite la expresión de nuestro propósito en la vida. Las relaciones íntimas no están pensadas para alcanzar la felicidad personal, sino para que podamos cumplir con nuestra misión de vida. Vistas así, las relaciones personales recuperan un contexto sagrado. En Burkina Faso decimos que cuando hay un problema, los ancestros estimulan el trabajo de esas personas para que puedan descubrir su DON.
EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro SIETE VECES profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna, y redescubrir mis dones y talentos al servicio de mi comunidad..
EJERCICIO DE ESCRITURA. 3 minutos. ¿A qué reflexión me lleva esta parte de la entrevista: _________
Nuestra verdadera nacionalidad es la humana. H. G. Wells
Identificar un ANTIVALOR que opaca mi humanidad brillante.
Sugerencia de trabajo interno para enero, 2020.
Enfocaremos la energía del día para identificar un ANTIVALOR que opaca mi humanidad brillante.
Nos inspiraremos en un texto de Enciclopedia de Ejemplos (2019). “Antivalores”.
ANTIVALORES Conocemos una serie de valores culturales que rigen aquello entendido socialmente como correcto: verdad, fidelidad, justicia, altruismo, respeto… Todas estas formas de accionar ubican a la persona en el camino de la virtud, en la búsqueda de un mejoramiento constante de sus propias condiciones y de su manera de relacionarse con los demás y con el mundo.
Por el contrario, los denominados antivalores marcan las actitudes negativas de una persona o grupo de personas frente a las reglas sociales. Elegir el camino de los antivalores significa desconocer las pautas morales convenidas socialmente como positivas y afines al bien común, privilegiando intereses particulares, impulsos negativos y otras reacciones condenables.
Revisa los siguientes ANTIVALORES e identifica cuál te *choca porque te checa:*
DESHONESTIDAD: se contrapone a la honestidad. Marca el uso de medios no correctos o ilegales para la consecución de determinados fines, incluyendo el robo, la mentira y el engaño.
DISCRIMINACIÓN: falta de entendimiento hacia el otro, hacia el diferente desde distintos puntos de vista: sexual, capacidades físicas, inclinaciones políticas, etc. Puede incluir violencia y sometimiento a las minorías.
EGOÍSMO: lo contrario al altruismo. Indica actitudes que ponen siempre por encima las necesidades individuales sobre las del conjunto, a un nivel extremo.
ENEMISTAD: en vez de buscar la amistad y la concordia, la persona que actúa a partir de este antivalor busca el enfrentamiento y la revancha con sus semejantes.
ESCLAVITUD: sometimiento de una persona a los requerimientos de otra u otras, sin considerar la libertad individual ni los derechos inherentes a todo ser humano.
GUERRA: contrario a la paz. Actitud beligerante de un grupo o país para con otros, propiciando la lucha armada o la violencia de cualquier tipo.
IGNORANCIA: desconocimiento extremo del capital cultural humano o de las virtudes morales, aún cuando la persona tiene las condiciones intelectuales para lograr el entendimiento.
PLAGIAR: actitud de copiar a otros y de hacer ver lo producido como propio. Contrario a la originalidad.
IMPRODUCTIVIDAD: falta de resultados concretos en nuestras acciones, se contrapone a la búsqueda de productividad y utilidad en lo que hacemos de acuerdo a objetivos planteados de antemano.
IMPRUDENCIA: actitud no atenta a las circunstancias que se viven y a la presencia de otras personas. El individuo se guía demasiado por impulsos, no sabe esperar, no es prudente.
IMPUNIDAD: ante la ausencia de castigo frente a hechos que lo merecen, la persona actúa como si hubiera obrado correctamente.
IMPUNTUALIDAD: desprecio al tiempo del otro, incumplimiento de pautas temporales en citas, entrevistas, encuentros, jornadas laborales, actividades académicas, etc.
INDIFERENCIA: desinterés por la suerte de otras personas o por cualquier cuestión.
INEFICACIA: hacer mal las cosas. Contrario a eficacia.
INEQUIDAD: falta de equilibrio, aplicado principalmente en las situaciones de desigualdad social cuando las mejores condiciones socioeconómicas son acaparadas por una minoría, en desmedro de una mayoría que no tiene acceso a las mismas.
INFIDELIDAD: rotura de un pacto de fidelidad y respeto mutuo entre dos personas.
INFLEXIBILIDAD: incapacidad para adaptarse a distintas circunstancias, para cambiar de opinión o forma de actuar cuando es necesario o para entender múltiples puntos de vista.
INJUSTICIA: falta de respeto a las normas jurídicas o morales que no es debidamente castigada o penada. Se opone a la justicia.
INTOLERANCIA: incomprensión frente a cualquier tipo de diferencia. El valor contrario es la tolerancia.
IRRESPETO: no respetar a otras personas ni a sus necesidades.
IRRESPONSABILIDAD: falta de cumplimiento de las tareas asignadas en tiempo y forma. Contrario a la responsabilidad.
MENTIRA: faltar a la verdad en cualquier situación.
ODIO: se contrapone al amor. La persona tiene una actitud negativa y violenta ante todo y ante todos, enfrentando a otros incluso sin razón aparente.
PARCIALIDAD: analizar o juzgar una cuestión solamente desde el punto de vista propio, sin apreciar el resto de las visiones. El valor contrario es la imparcialidad.
SOBERBIA: colocarse por encima del resto, menospreciando a otras personas. Contrario al valor de la humildad.
EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA:
Respiro SIETE VECES profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna, renunciar a mi razonamientos desde el EGO y aprender a escuchar mi verdad interna. Hoy es buen día para soltar lo que no me agrada de mí y elegir de nuevo.
EJERCICIO DE ESCRITURA. 3 minutos.
*El ANTIVALOR que quiero soltar es: _________ porque considero que _______.
ME REGALO 3 MINUTOS.
Las tres habilidades, herramientas, comportamientos o valores que me ayudarán a lograrlo son. 1.______ 2._________ 3._________
Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos. Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.
Sugerencia de trabajo interno para el Hoy y el ahora
Enfocaremos la energía del día para armonizarnos con nuestra luz interna.
¿Qué significan las luces?.
La temporada de Sagitario tiene la misión arquetípica de contactarnos con nuestra propia luz, con eso que nos da alegría y nos ilumina. Si nos permitimos transitarla en consciencia nos regala la develación generosa de nuestros talentos, de esos talentos que no hemos aprovechado y que podemos comenzar a practicar y cultivar por las próximas lunas… de esos talentos que nos obsequiaron nuestros ancestros, que van naciendo de nuestro corazón y requieren nuestra valentía para ser traídos a la Tierra.
Quizás podamos preguntarnos:
¿qué talento busca nacer o renacer de mi? ¿cómo puedo ponerme al servicio de la evolución con este talento? ¿qué sucedería si digo que sí a mi sueño y me despojo del viejo traje/ profesión y vocación? ¿soy capaz de decirle SI a mi transformación y renacimiento? ¿soy capaz de decir SI a mi nueva luz?
Las candelas o velas, las luces titilantes, la iluminación continua originalmente nos recordaban que después del solsticio nuestra luz continuaría encendida si éramos capaces de renacer. Y aún, cuando las miramos, aunque no sepamos bien, algo en nosotras presiente esperanza, generosidad y continuidad. Nada tan poderoso y transformador que encender una candela o vela para iluminarnos el camino, para reflejar nuestro espíritu en su flama.
EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA:
Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna y darme cuenta que mis talentos pueden iluminar al mundo, ¿cómo puedo honrarlos y llevarlos a su máximo esplendor?
*Ejercicio de escritura; 7 minutos. * Detecto cinco talentos… visibles, potenciales, ocultos.
Utilizaremos la energía del día para revisar la forma en que nos comunicamos.
Cooperando con nuestra comunicación.
Escucha lo que sientes y luego habla, escucha lo que sientes y luego actúa, respira y ordénate para poder estar en sincronía con el movimiento natural de tus palabras.
El lenguaje moldea nuestro comportamiento y cada palabra que utilizamos está impregnada con un gran significado personal. Las palabras correctas, pronunciadas en la forma correcta, pueden traernos amor, dinero y respeto, mientras que las palabras equivocadas –o incluso las palabras correctas expresadas de la manera incorrecta– pueden conducir a una guerra interna en quien las dice y en quien las escucha.
“Debemos organizar cuidadosamente nuestro discurso si queremos alcanzar nuestras metas y hacer nuestros sueños realidad”, se lee en el libro Words Can Change Your Brain (Las palabras pueden cambiar tu cerebro), del doctor Andrew Newberg.
En la mente hay muchas palabras que generalmente sólo hacen ruido, no comunican nada.
¿Eres capaz de identificarlas? ( ) Te comunicas desde el ego… querer siempre tener razón. ( ) Te comunicas desde la víctima… querer siempre que levante tu estima. ( ) Te comunicas desde la carencia… mentalidad de pobreza. ( ) “Muletillas” que desvía la intención de lo que quieres decir. ( ) Palabras con poco contenido y sustancia. ( ) Palabras rebuscadas que causan confusión. ( ) Demasiado silencio que causa ansiedad.
El reto es utilizar nuestra sabiduría interna para activar el poder creador de la palabra y ser receptivos para dejarnos guiar.
Escucha lo que tu interior trae a tus oídos, siente con todos tus sentidos, permite que tu energía se transforme y extienda tu comunicación. Para comunicarte desde tu esencia vuelve a lo sutil, suelta la tensión de la mente, la verdad está en tu interior.
EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna y darme cuenta que comunicar es conectar mis heridas vitales con mi mejor versión de cercanía, interacción y narrativa.
Aquí y ahora atiendo y pongo atención a mis palabras; las palabras crean o destruyen. Coopero en armonía con los demás revisando la forma en que me comunico.
La buena comunicación nace de una escucha activa. Hay tantas palabras que no dicen nada y pocas que lo dicen todo
El florecimiento llega a partir de sembrar consciencia en cada uno de los actos de nuestra vida. Nacemos como semillas de abundancia, y cada experiencia es una oportunidad para romper las cáscaras que limitan nuestro florecimiento.
Para ello es necesario…(¿con cuáles te identificas?)
( ) atreverse a abrir las corazas mentales, ( ) descubrir las situaciones que causan tensión y estrés, ( ) reconocer el potencial interior, ( ) ser capaz de ver más allá de los límites de las creencias, ( ) vivir en el tiempo presente siendo receptivo a la abundancia que nos rodea, ( ) vivir en un estado de florecimiento y esplendor.
Puedes quedarte atrapado sintiendo la rigidez de tus cáscaras, o simplemente decidir unirte al todo y sentir quién eres, saber que nada te limita, sentir el poder de la creación a partir de ti.
Todos tenemos algo hermoso para compartir, para dar, para ofrecer genuinamente.
Redescubre tus dones, sincronízate y encuentra tu función. El mundo florece cuando cada ser humano desempeña su papel en esta vida, dando lo bello que tiene en su interior.
EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA:
Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna y redescubrir que… que los frutos que recojo son una decisión que tomé en algún momento. En mi corazón está la semilla esencial, la que dará el fruto que me transforme, que me refleje, que me recuerda quién soy.
¿Quieres un mundo amoroso? deja de razonar todo, atrae el amor desde tu interior y extiéndelo en tu entorno inmediato… eres una semilla del universo, el poder está en ti.
Confía en tu instinto; las personas mienten, su vibración NO.
Aquí y ahora atiendo las palabras de RUMI:
“Tú no eres una gota en el océano, eres el océano entero en una gota.”
Te comparto la sugerencia de trabajo interno para el Hoy.
Utilizaremos la energía del día para dejar de huir de nosotros mismos.
Con humildad analiza tus últimas tres relaciones que se fracturaron, que se fueron, que se alejaron… tal vez fue un amigo cercano, un familiar o una pareja…
Atrévete a darte cuenta que les exigías que te dieran.
¿Era un proceso consciente o simplemente sucedía o pensabas que merecías que el otro aportara más porque tú eres especial?
Atrévete a darte en abundancia lo que quienes te criaron no pudieron darte. Atrévete a darte en abundancia lo que les pides, condicionas o exiges a los demás. ¡Esa es tu primera misión de Sanación Álmica!
EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna y darme cuenta que los seres humanos creemos que necesitamos muchas cosas para sentirnos vivos… familia, pareja, dinero, títulos, reconocimiento, logros, bienes, etc. Pero sólo necesitamos una cosa para estar de vivos de verdad. ¡Necesitamos que nuestro corazón lata! Cuando nuestro corazón se ve amenazado respondemos con una de dos formas: O corremos o atacamos. Es decir, luchar o huir. Es un instinto; no podemos controlarlo, ¿o sí?
Deja de huir de ti. El otro no te dará lo que tú no sabes darte.
Buen día, te comparto la sugerencia de trabajo interno para el hoy.
Utilizaremos la energía del día para revisar las cinco heridas que impiden ser uno mismo; parte VI y final.
Para quienes preguntaron por mayor información sobre el tema; este ciclo de trabajo interno estuvo inspirado en el libro LAS 5 HERIDAS QUE IMPIDEN SER UNO MISMO, de Lise Burbeau.
Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación. Si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras una máscara, que se construyó para no ver ni sentir esa herida. Con humildad y sinceridad cada quien puede reconocer sus heridas y sus máscaras.
La herida de la INJUSTICIA y la máscara de la RIGIDEZ.
Sufrimos de la herida de injusticia cuando sentimos que no somos apreciados por nuestro verdadero valor, cuando no nos sentimos respetados o cuando creemos que no recibimos lo que merecemos. También sufre esta herida quien cree que recibe más de lo que se merece.
La herida se activa con el padre del mismo sexo. Si sentíamos que ese padre no expresaba sus sentimientos con nosotros, sufrimos una relación “fría” y superficial con el/ella, lo cual nos limita a podernos expresar y ser nosotros mismos. Si el padre del mismo sexo era además autoritario, crítico y estricto, la herida es mayor. De pequeño quien tiene esa herida siente que es más apreciado por lo que hace que por lo que es. La reacción de la persona que sufre la herida es disociarse de sus sentimientos, como forma de sentirse protegidos y no vulnerables. Para ese fin construyen la máscara de la rigidez. Físicamente van todo rectos, como si su cuerpo fuera “perfecto”. En el fondo son injustos a sí mismos, pues no se permiten expresar sus verdaderos sentimientos.
Los rígidos son gente muy sensible, pero esconden su sensibilidad, actuando como si nada les tocara sus sentimientos. A los ojos de los demás parecen fríos e insensibles, aunque ellos piensan que son los más sensibles y cariñosos del mundo. Temen la frialdad en los demás y en sí mismos. No pueden aceptar ser fríos pues significa no tener corazón, y eso equivale a ser injusto. Por eso para ellos es tan importante sentir que son “buenas personas” y “buenas en lo que hacen”. Ellos se consideran “perfectos” en primer lugar, y “cálidos” en segundo lugar”.
Los rígidos buscan la justicia por encima de todo. Son perfeccionistas y creen que hacer o decir las cosas a la perfección es justo. Hacen bien las cosas, y de forma rápida. Quieren hacerlo todo para evitar problemas, y si alguna vez tienen algun problema prefieren decir que “todo va bien” para no sentir el sufrimiento. Son muy optimistas. Parecen imperturbables.
Son muy dinámicos, aunque sus movimientos muestran poca flexibilidad, mostrando que están algo cerrados. No les gusta la autoridad, porque para ellos la autoridad siempre tiene “razón”. Para ellos, el merecer las cosas es muy importante. Difícilmente aceptan regalos “sin haberlos merecido” por su esfuerzo. Harán saber a los demás lo que han hecho o están haciendo para mostrarles que son merecedores de su reconocimiento.
Cuando piden explicaciones, los rígidos quieren que todos los detalles sean exactos. Pero cuando ellos tienen que explicar algo, suelen exagerar fácilmente. A menudo utilizan las palabras: siempre, nunca, mucho. No se dan cuenta que exagerar los datos no es ser justo. Cuando les preguntas cómo están, rápidamente te contestarán “muy bien!” para no tomarse el tiempo de sentir cómo están.
La religión tiene un impacto grande en los rígidos. Para ellos el concepto de “bien” y “mal”, “correcto” o “incorrecto” pesa mucho. Por eso tienen mucho miedo a cometer errores. Se exigen mucho a sí mismos, les gustaría tenerlo todo solucionado al instante, son muy impacientes y críticos consigo mismos. Casi nunca están satisfechos por lo que hacen, y eso les drena energía. Por eso sus cuerpos suelen ser delgados. Se comparan con los que consideran que son “más perfectos”, y eso es algo injusto que se hacen a sí mismos. Es una forma de rechazar su ser. Normalmente de pequeños se sintieron comparados con sus hermanos.
Suelen tener problemas de visión, porque es muy difícil para ellos ver que han tomado decisiones poco acertadas o que tienen una percepción mala de una situación. Prefieren no ver nada que sea “imperfecto”, pues así no sufren. Prefieren utilizar la expresión: “no lo veo del todo claro”.
Se sienten culpables si no están haciendo nada mientras otro está trabajando. Lo viven como una injusticia. Para el rígido es difícil conocer y respetar sus propios límites. Se imponen obligaciones aunque no sean coherentes con sus necesidades. Si se permitieran sentir más se harían un favor.
Encuentran injusto tener más privilegios que los demás. Por eso, muchos se sabotean a recibir, otros se centran en aquello que quejarse (y así olvidar sus privilegios) y otros creen que tienen que dar a los demás para ser justos.
Pueden intervenir en una situación si ven que no es justa. Les gusta que todo esté en su sitio, ordenado. Su sistema nervioso está sobreexcitado porque se exigen la perfección, aunque a los demás les parezca gente tranquila (debido a su auto-control). La emoción más común es el enfado, sobretodo hacia ellos mismos, por no alcanzar sus ideales de perfeccionismo. Deben vigilar su hígado si reprimen mucho el enfado. Normalmente quieren dar una “segunda oportunidad” a las personas porque creen que es justo. Si son muy rígidos, no verán su propio enfado y suavizarán la situación excusando a la otra persona.
Los rígidos tienen dificultades en dejarse ir y sentir placer sexual. Les cuesta expresar su ternura. Son sin embargo, los de apariencia más sexy. Cuando se encuentran en una situación emotiva (cumpleaños por ejemplo), tienen dificultad en controlarse.
*¿Eres capaz de identificar esta herida en tu vida?
EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna y darme cuenta que las heridas que no soy capaz de hacerlas consciente se manifiestan en mi vida como destino.
Ejercicio consciente: Toma 30 minutos para ti. Si reconozco esta herida en mí, puedo sanarla empezando por reconocer cuando soy injusto con los demás y conmigo mismo. Si siento vergüenza, es señal que no soy justo conmigo (ni con los demás). El niño(a) que se siente rechazado, quiere llegar a ser perfecto, pues tal y como es ahora, no es digno de existir. Cuando pasan los años y el niño siente que su padre del mismo sexo le ama más, lo consideran injusto. Deciden entonces auto-controlarse, exigirse más para así no ser rechazados. Así crean la máscara de rigidez. Se apartan de sus sentimientos para no sentir el dolor del rechazo.
Una vez la herida está sanada, detrás de esa máscara de retraimiento se encuentran personas: – Dotados para lo creativo, muy dinámicos y entusiastas. – Capaces de simplificar, explicar claramente y enseñar. – Sensibles y conocedores de lo que los otros sienten. – Saben encontrar la persona adecuada para hacer trabajos específicos. – Pueden manejar situaciones difíciles.
Aquí y ahora aprendo a tomarme tiempo para reconocer mis limitaciones humanas como un primer paso en mi proceso de sanación.
Te comparto la sugerencia de trabajo interno para el hoy.
Utilizaremos la energía del día para revisar las cinco heridas que impiden ser uno mismo; parte V.
Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación. Si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras una máscara, que se construyó para no ver ni sentir esa herida. Con humildad y sinceridad cada quien puede reconocer sus heridas y sus máscaras.
La herida de la TRAICIÓN y la máscara del CONTROLADOR.
El alma que encarna para sanar esta herida nace con un padre (del sexo opuesto al suyo) con quien hay una fuerte atracción o lazo de amor, generando un fuerte complejo de Edipo que no se ha resuelto. Eso significa que la dependencia del padre de sexo opuesto es muy fuerte, y en sus relaciones futuras esperarán mucho de su pareja, esperando recibir lo que no recibieron de su padre/madre. En sus relaciones les costará comprometerse por miedo a ser decepcionadas (traicionadas).
De niño(a) se sintió traicionada por el padre de sexo opuesto cada vez que ese padre no mantenía su palabra o promesa, o cada vez que no cumplía sus expectativas de “padre ideal”. El niño también se sentía traicionado cada vez que su padre del mismo sexo se sentía traicionado por el padre del sexo opuesto. Una niña podría sentirse traicionada por su padre si sentía que este le daba menos atención cuando nació otro hermanito. Para no sentir la herida de traición, la personalidad construye la máscara del control. Quieren mostrar al mundo que son gente de confianza, responsables, con palabra, fuertes, importantes.
La traición es tan inaceptable para ellos que son incapaces de reconocer que ellos mismos podrían ser capaces de traicionar a otros (o a sí mismos). Y eso es justamente lo que ocurre, aunque les costará mucho reconocerlo. Si por ejemplo ellos traicionan a alguien no cumpliendo su palabra, encontrarán todo tipo de excusas para justificarse, e incluso pueden mentir (algo inaceptable que hagan los demás). Son muy hábiles en decir a los demás lo que quieren oir, pero pocas veces piensan hacer lo que dicen.
Los controladores tienen fuertes personalidades, son líderes en potencia. Piensan que tienen la razón, intentarán convencerte, y probablemente lo conseguirán. Son de pensamiento y acción rápida, tienen talento pero les falta paciencia y tolerancia hacia los que son más lentos. Cuando las cosas no salen a su manera, pueden volverse agresivos con facilidad, que es una forma de mostrar su “fuerza” y su “control”. En realidad son las personas que tienen más altos y bajos emocionales, y no se dan cuenta que con su actitud volátil hacen que los que les rodean se sientan desorientados y traicionados.
Les gusta tenerlo todo bajo control. Llegan antes a los lugares, les gusta planear el futuro, son muy exigentes con los demás (pero no tanto consigo mismos), y encuentran difícil delegar y confiar en los demás. Cuando ven a alguien del sexo opuesto que no hace nada, le llaman “vago” y encuentran eso como una prueba para no poder “confiar” en esa persona. A los controladores les gusta que todo el mundo sepa lo mucho que ellos han hecho o están haciendo, para sentirse responsables y dignos de confianza.
Les cuesta mucho revelar sus intimidades, por miedo a que sea usado en su contra (desconfianza). Sin embargo, son los primeros en repetir a los demás los rumores de otros, y siempre tendrán “buenas razones” para hacerlo. Les gusta tener siempre la última palabra, les gusta organizar la vida de los demás (es una forma de manipular o controlar al otro). Son personas sensibles pero no muestran su sensibilidad pues están ocupados en mostrar su “fuerza” y su “control”. Tienen que saber un poco de todo pues les cuesta mucho aceptar que pueden no saberlo todo. Si alguien les pregunta algo que no saben, antes que decir “no sé” probablemente se inventarán la respuesta pareciendo que controlan el tema.
Odian sentirse controlados. Tienen problemas con la autoridad, pues piensan que les quieren controlar. No se dan cuenta que normalmente ellos están dando órdenes a los demás y decidiendo por los demás. Les gusta saber qué ocurre en todo momento, y dan su opinión sin que se la pidan. Su reputación es muy importante para ellos. Cuando hablan no se revelarán completamente; sólo hablarán de cosas que realzan su reputación, su confianza y su responsabilidad.
Tienen miedo a admitir sus miedos y a hablar de sus debilidades. Tienen mucho miedo a mostrar su vulnerabilidad, por miedo a que alguien se aproveche de eso y pueda controlarle. No les gustan las sorpresas, pues pueden perder el control. No se dan cuenta con qué frecuencia cambian de pensamiento y toman decisiones de último segundo que sorprenden a los demás. Son rápidos a llamar a los demás “hipócritas”, pues recelan con facilidad. No se dan cuenta que su actitud muchas veces es manipuladora y de hablar a las espaldas de los demás. Si alguien no confía en ellos – lo cual es normal hasta que no se sane la herida- se sienten traicionados.
El controlador tiene mucho miedo al compromiso. Son seductores (para controlar al otro) pero en el fondo tiene miedo que un fuerte compromiso pueda romperse, y sentirse traicionados. Pueden confiar más si no hay sexo involucrado. Sienten más confianza con los amigos que con la pareja, pues con la pareja el miedo a sentir su herida es mayor. El controlador experimenta más separaciones y roturas que cualquier otra persona. Creen que tener una pareja que esté “delante” o al mismo nivel que ellos sería perder el control y la fuerza. Prefieren apartar esa pareja de su vida para siempre por creer que no es digna de su confianza. Cuando empiezan a dejar de sentir la pasión/romance con la pareja, empiezan a sentirse decepcionadas, y encuentran maneras de hacer que su pareja les deje, y así no serán acusadas de traición.
La causa principal de sus problemas sexuales tiene que ver con el vínculo que crearon con el padre de sexo opuesto, a quien idealizaron tanto que ninguna pareja puede cumplir sus expectativas. Pueden incluso renunciar al gozo sexual, y siempre encuentran una buena forma de justificar su decisión.
¿Eres capaz de identificar esta herida en tu vida?
EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna, y darme cuenta que las heridas que no soy capaz de hacerlas consciente se manifiestan en mi vida como destino.
Ejercicio consciente: Toma 30 minutos para ti. Si considero que tengo esta herida es importante darme cuenta y reflexionar que es mi padre del sexo opuesto quien la activa. Quien a su vez, tal vez ha sufrido la misma herida con su padre del sexo opuesto. Normalmente quien tiene la traición como herida, tiene la herida del abandono. Por no querer o no poder aceptar su dependencia afectiva (con el padre de sexo opuesto) desarrollan la coraza y la máscara de control que les impida ver su herida de abandono.
Aquí y ahora aprendo a tomarme tiempo para reconocer mis limitaciones humanas como primer paso para mi proceso de sanación.
Te comparto la sugerencia de trabajo interno para el Hoy
Utilizaremos la energía del día para revisar las cinco heridas que impiden ser uno mismo; parte IV.
Con humildad y sinceridad cada quien puede reconocer sus heridas. Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación. Si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras una máscara, que se construyó para no ver ni sentir esa herida.
Veamos la siguiente herida con su máscara correspondiente:
La herida de la HUMILLACIÓN y la máscara del MASOQUISMO.
La herida de la humillación se despierta en el niño cuando este siente que alguno de sus padres (indistinto el sexo) se siente avergonzado de él, o tiene miedo que se pueda sentir avergonzado porque se ha ensuciado, porque no guarda las formas sociales, o porque va mal vestido, etc. El niño se siente degradado, comparado, mortificado o avergonzado a nivel físico de “hacer” o “tener”. Uno puede sentirse culpable sin sentirse avergonzado, pero quien se siente avergonzado también se siente culpable.
Sentimos culpa cuando juzgamos que la cosa que hicimos (o no hicimos) está mal hecha. Sentimos vergüenza cuando consideramos que nosotros somos malos por hacer o no hacer algo. Normalmente la herida se activa con la madre, pero puede activarse con el padre si este era quien “controlaba” al niño y hacía el papel de madre, enseñándole como comer correctamente, cómo estar limpio, etc.
La humillación se despierta -por ejemplo-, cuando el niño escucha a su madre contando a su padre lo que ha hecho el niño. O cuando la madre descubre al niño tocandose los genitales y le grita: “no te da vergüenza?”. O cuando el niño ve a su padre desnudo y este rápidamente se tapa, el niño aprenderá a tener vergüenza de su propio cuerpo.
El niño se siente humillado si siente que sus padres controlan sus movimientos, dejándole poca libertad. Para no sentir la herida, el niño desarrolla la máscara masoquista. Con esa protección, el niño aprenderá a castigarse a sí mismo (humillarse) antes de que lo hagan otros. El cuerpo de una persona con la herida de la humillación suele ser de formas redondas y llenas.
El masoquista quiere demostrarse a sí mismo que es alguien sólido y que controla su vida (y la de los demás). A menudo lo encontramos ocupándose de los problemas de los demás, y olvidándose de sí mismos. Cuanto más responsabilidades de otros asumen, más peso coge su cuerpo. El masoquista piensa que ayudando a los demás evitará que se sientan avergonzados de él, pero a menudo se acaba sintiendo humillado y como si los demás se aprovecharan de su buena voluntad. A menudo son mediadores entre dos personas.
Los masoquistas no se dan cuenta que haciendo todo por los demás, acaban humillando a los demás, pues les hacen sentir que solos no podrían hacerlo. Deben aprender a no tomar tanto espacio en la vida de las personas a quienes aman. Deben aprender a dejar los demás tomar decisiones por sí mismos.
Los masoquistas generalmente no están en contacto con sus sentimientos pues tienen miedo de que los demás o sus madres se molesten o se avergüenzen de ellos. En el fondo les gusta la ropa bonita y el lujo, pero como creen que tienen que sufrir, no se permiten esos regalos. Son hiper-sensibles, y la mínima cosa les puede herir. Un comentario crítico ligero les puede hundir. Por eso hacen todo lo posible para no herir a los demás. Tan pronto alguien a quien aman se siente infeliz, el masoquista se siente responsables. Se culpan por todo, y asumen la culpa de los demás. Es su manera de ser “buenas personas”. No se da cuenta que estando tan empatizado con el humor del otro, se desconecta de sus propios sentimientos y necesidades. A menudo hacen cosas por los demás (como pintar la casa de otro) que no harían para sí mismos. La mujer que limpia la casa cuando vienen invitados, pero que no la limpia cuando está sola (pues no se siente lo suficiente importante).
El masoquista se siente unworthy, sin valor, no merecedor de ser amado o reconocido. Al creer que no tiene valor o importancia, cree que merece sufrir. Los masoquistas a menudo se siente sin poder frente aquellos cercanos a quienes aman. Cuando son culpabilizados (algo que atraen inconscientemente), se quedan mudos, paralizados, sin saber como defenderse.
La libertad es muy importante para los masoquistas. Ser libre significa no tener que dar explicaciones a nadie, no ser controlado por nadie, hacer lo que quieras cuando quieras. Cuando eran jóvenes, a los masoquistas les faltó libertad con sus padres. Cuando consiguen sentirse libres viven al máximo la vida, sin límites. Eso les lleva a comportamientos extremos (hacen demasiado, ayudan demasiado, gastan demasiado, creen que tienen demasiado, etc). Cuando viven sin límites se sienten avergonzados porque se sienten humillados por la mirada y comentario de los demás. Por eso tienen terror a encontrarse a sí mismos sin límites: creen que harían cosas que avergonzarían a los demás. Además creen que si se ponen a sí mismos en primer lugar, no serían de ayuda para los demás.
Su mayor miedo es la libertad. Se sabotean de muchas formas: – Un hombre que se siente libre de tener varias novias, se creará problemas para verlas y esconder las unas de las otras. – Un hombre que se siente atrapado en casa por su mujer controladora, se buscará dos trabajos para estar siempre fuera de casa. Creerá que así es libre, pero se engaña. Lo que un masoquista hace para liberarse en un área le aprisiona en otra. Los masoquistas tienen dificultades para satisfacerse o gozar. Cuando sienten placer estando con alguien o haciendo algo, se critican y se castigan por creer que están aprovechandose del otro. Aprovecharse del otro es lo último que desean, no quieren ser acusados. Por eso tienen dificultades con la sexualidad, pues les despierta culpa. De jóvenes se controlaban (reprimían) para que sus madre no se sintiera avergonzada. El sentido del deber es muy importante para ellos.
Pueden tener problemas de páncreas (diabetis y hipoglucemia), pues tienen dificultades para tratarse con dulzura. También pueden tener problemas de corazón pues no se aman a sí mismos lo suficiente, o no se sienten importantes como para sentir alegría. Normalmente, su forma de recompensarse es comiendo.
¿Eres capaz de identificar esta herida en tu vida?
EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna, y darme cuenta que las heridas que no soy capaz de hacerlas consciente se manifiestan en mi vida como destino.
Ejercicio consciente: Toma 30 minutos para ti. Para ser consciente de la herida de la humillación, reconoceré las veces en las que me he sentido avergonzado de mi mismo o de otros, y las veces en que me he humillado a mi mismo… sintiéndome sin ningún valor, o me he comparado o criticado duramente. También me daré cuenta de las veces que he humillado al otro haciendo demasiado por él. Es importante que me de cuenta si mi madre o padre también sufren la misma herida.
Una vez que la herida está sanada, detrás de esa máscara masoquista se encuentran personas: – Que conocen y respetan sus necesidades. – Sensibles a las necesidades de los demás, y capaces de respetar la libertad del otro. – Buenos conciliadores o mediadores. – Joviales. – Altruistas, generosos. – Organizadores con talento. – Sensuales, saben como gozar del amor. – Con mucha dignidad; están orgullosos de ser quienes son.
Aquí y ahora aprendo a tomarme tiempo para sentir mis necesidades antes de decir “SÍ”; Asumir mi responsabilidad y liberarme de la carga y la culpa de los demás.
Te comparto la sugerencia de trabajo interno para el hoy.
Utilizaremos la energía del día para revisar las cinco heridas que impiden ser uno mismo; parte III.
Con humildad y sinceridad cada quien puede reconocer sus heridas. Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación. Si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras una máscara, que se construyó para no ver ni sentir esa herida.
Veamos la siguiente máscara: La herida del ABANDONO y la máscara de DEPENDENCIA.
La herida del abandono se siente más al nivel del “hacer y tener” que en el nivel del “ser” (como es el caso de la herida del rechazo).
Situaciones que pueden despertar la herida del abandono son: – La madre debe ocuparse de su recién nacido bebé. El otro hijo puede sentirse abandonado. – Si los padres trabajan todo el día y no tienen tiempo para los niños, pueden sentirse abandonados. – Si el niño tiene que estar en cama en el hospital sin entender qué le ocurre, puede sentirse abandonado. – Si el niño debe quedarse en casa de su tía durante unas cortas vacaciones, puede sentirse abandonado.
Normalmente la herida del abandono se reaviva con el padre de sexo opuesto. Normalmente quien sufre de abandono también sufre de rechazo (con el padre del mismo sexo). Mientras sigamos estando resentidos con alguno de nuestros padres, tendremos dificultades con las personas del mismo sexo que nuestro padre a quien no hemos perdonado. Para perdonar, no hay nada mejor que comprender que él/ella son también víctimas de sus padres, y que les acusamos de algo que nosotros mismos hacemos a ellos.
Quien sufre de abandono siente que no tiene suficiente alimento afectivo. Para no sentir esa carencia afectiva, se construyen la máscara de la dependencia.
Los dependientes piensan que nunca serán capaces de valerse por sí mismos, y que necesitan a alguien a quien apoyarse. Algunas partes de su cuerpo se muestran flácidas o sin tono muscular, como si no pudieran aguantarse solas. Los dependientes tienden a adoptar el papel de víctima. Atraen problemas para atraer la atención de los demás. Pero la atención de los demás nunca es suficiente para ellos. Sueñan en destacar o tener papeles “estrella” ante grandes audiencias. Su necesidad de atención es insaciable, por eso cuando comen no ganan peso, pues hay en ellos una creencia profunda que dice que “nada es suficiente”.
A los que adoptan el papel de víctima les suele gustar adoptar el papel de salvador. Jugarán el papel de “padre o madre” con sus hermanos o tratarán de salvar alguien a quien aman y que está en dificultades. Hacen para los demás para sentirse importantes, y esperan afecto a cambio. Asumen responsabilidades que no les corresponden, y sufren por los demás, dependiendo su felicidad de la felicidad del otro. Su gran abertura del plexo solar (empatía) no es sana para ellos ni para los demás. Creen que si logran hacerlo todo bien solos, nadie se ocupará de ellos en el futuro, y para tratar de evitar ese posible aislamiento, buscan alguien con quien sentirse apoyados para realizar sus proyectos. Los dependientes tienen muchos altos y bajos. Su gran miedo a estar solo es lo que genera esas subidas y bajadas de humor. Pueden aguantar lo inaguantable con una pareja para no sentirse solos. Viven en la esperanza emocional de que en el futuro las cosas pueden cambiar. Tiene problemas con la palabra “dejar”. Si alguien les dice “te tengo que dejar, tengo que irme”, se sentirán heridos. Tienen dificultades en dejar una situación, persona o lugar.
La emoción más intensa que siente un dependiente es la tristeza. Buscan la compañía de los demás para no sentir esa tristeza. Pueden usar el sexo para sentirse próximas a la otra persona. Tienen miedo de todas las formas de autoridad, pues piensan que alguien autoritario es frio y no va a cuidarse de ellos. Por eso los dependientes son cálidos con los otros.
Temen recibir demasiada atención de los demás, por miedo a sentir emociones demasiado profundas de abandono. Tan pronto la relación se vuelve intensa, buscan una manera de hacer que acabe. Necesitan atención de su pareja, pero no dan al otro lo que le piden. Si el dependiente quiere tomarse un rato para leer a solas, todo está bien. Pero si es la pareja quien decide tomarse un rato para leer a solas, se lo toman como si no fueran importantes para ser tomados en cuenta.
Pueden acusar a Dios de abandonarles en la vida. No se dan cuenta con qué frecuencia ellos mismos decepcionan a los demás, o con qué facilidad abandonan proyectos sin acabar. Cuando se dan cuenta del problema que trae su dependencia, en lugar de aceptarla, intentan ser independientes. Muchos que tienen la herida del abandono no quieren ver su dependencia, y se creen los más independientes. La autonomía es sana, no la independencia.
¿Eres capaz de identificar esta herida en tu vida?
EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna, y darme cuenta que las heridas que no soy capaz de hacerlas consciente se manifiestan en mi vida como destino.
Ejercicio consciente: Busco en mi historia de vida, señales o huellas de la herida del ABANDONO y la máscara de DEPENDENCIA.
Aquí y ahora acepto mis heridas, reconozco mi trabajo interno y agradezco a los maestros que encuentro en el camino.