Sugerencia de trabajo interno para el AHORA.

Utilizaremos la energía del día para revisar la forma en que nos comunicamos.

Cooperando con nuestra comunicación.

Escucha lo que sientes y luego habla,
escucha lo que sientes y luego actúa,
respira y ordénate para poder estar en sincronía con el movimiento natural de tus palabras.

El lenguaje moldea nuestro comportamiento y cada palabra que utilizamos está impregnada con un gran significado personal. Las palabras correctas, pronunciadas en la forma correcta, pueden traernos amor, dinero y respeto, mientras que las palabras equivocadas –o incluso las palabras correctas expresadas de la manera incorrecta– pueden conducir a una guerra interna en quien las dice y en quien las escucha.

“Debemos organizar cuidadosamente nuestro discurso si queremos alcanzar nuestras metas y hacer nuestros sueños realidad”, se lee en el libro Words Can Change Your Brain (Las palabras pueden cambiar tu cerebro), del doctor Andrew Newberg.

En la mente hay muchas palabras que generalmente sólo hacen ruido, no comunican nada.

¿Eres capaz de identificarlas?
(  ) Te comunicas desde el ego… querer siempre tener razón.
(  ) Te comunicas desde la víctima… querer siempre que levante tu estima.
(  ) Te comunicas desde la carencia… mentalidad de pobreza.
(  ) “Muletillas” que desvía la intención de lo que quieres decir.
(  ) Palabras con poco contenido y sustancia.
(  ) Palabras rebuscadas que causan confusión.
(  ) Demasiado silencio que causa ansiedad.

El reto es utilizar nuestra sabiduría interna para activar el poder creador de la palabra y ser receptivos para dejarnos guiar.

Escucha lo que tu interior trae a tus oídos, siente con todos tus sentidos, permite que tu energía se transforme y extienda tu comunicación. Para comunicarte desde tu esencia vuelve a lo sutil, suelta la tensión de la mente, la verdad está en tu interior.

EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna y darme cuenta que comunicar es conectar mis heridas vitales con mi mejor versión de cercanía, interacción y narrativa.

Aquí y ahora atiendo y pongo atención a mis palabras; las palabras crean o destruyen. Coopero en armonía con los demás revisando la forma en que me comunico.

La buena comunicación nace de una escucha activa. Hay tantas palabras que no dicen nada y pocas que lo dicen todo

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