SUGERENCIA DE TRABAJO INTERNO NOVIEMBRE, 2020.

 

Utilizaremos la energía del día para reflexionar sobre la vulnerabilidad como vía de crecimiento interior; parte I.

 

Nos inspiraremos en un “paper” de L. Feito, Universidad Rey Juan Carlos, Madrid.

 

La vulnerabilidad y su complejidad.

 

A pesar de ser aparentemente tan comprensible y conocido, el término vulnerabilidad encierra una notable complejidad; ya que abarca desde la posibilidad de ser herido hasta la posible intromisión en un sistema informático. 

 

La vulnerabilidad es considerada la misma raíz de los comportamientos morales, al menos de aquellos en que el énfasis se sitúa en la protección y en el cuidado, más que en la reclamación de derechos.

 

La vulnerabilidad se asocia, además, con las condiciones del medio (ambientales, sociales o de otro tipo) en que su vida se desarrolla, dando lugar a la necesidad de incorporar los aspectos socioculturales en la comprensión de este concepto. 

 

Por tanto, conviene apuntar dos tipos de vulnerabilidad humana: una vulnerabilidad antropológica, entendida como una condición de fragilidad propia e intrínseca al ser humano, por su ser biológico y psíquico; y una vulnerabilidad socio-política, entendida como la que se deriva de la pertenencia a un grupo, género, localidad, medio, condición socio-económica, cultura o ambiente que convierte en vulnerables a los individuos. 

 

En este ciclo de trabajo nos enfocaremos en la vulnerabilidad antropológica.

 

Ser vulnerable implica fragilidad, una situación de amenaza o posibilidad de sufrir daño -físico o moral-. Por tanto implica ser susceptible de recibir o padecer algo malo o doloroso, como una enfermedad, y también tener la posibilidad de ser herido física o emocionalmente. 

 

La vulnerabilidad también puede entenderse como poder ser persuadido o tentado, poder ser receptor, ser traspasable, no ser invencible, no tener absoluto control de la situación, no estar en una posición de poder, o al menos tener la posibilidad de que dicho poder se vea debilitado.

 

EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro SIETE VECES profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna, revisar mi entendimiento sobre la VULNERABILIDAD y cómo impacta mi accionar.

 

EJERCICIO DE ESCRITURA, 3 minutos.

Identifico siete palabras con las cuales relaciono el término “vulnerabilidad”.

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7.__________________

 

Selecciono las tres que más me impactan, paralizan o me limitan.

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3.__________________________

 

ME REGALO 3 minutos.

¿Qué herramienta puede ayudarme a aceptar que soy VULNERABLE?

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