Viajar a nuestro interior en busca de sueños.

Viajar a nuestro interior en busca de sueños.

Viajar a nuestro interior en busca de sueños

Sugerencia de trabajo interno para el Hoy y el ahora.

Enfocaremos la energía del día para viajar a nuestro interior en busca de sueños.

La manifestación del cielo en la tierra.

Cuando puedas trascender la ilusión de la mente te darás cuenta que el cielo siempre estuvo aquí. Suelta el control sobre lo que crees que es, abre tu corazón a recibir la abundancia, todo lo que siempre fue real sigue así, inalterable, es necesario explorarse internamente, conocer lo que sentimos, lo que cargamos y lo que venimos copiando de otros. 

Permite que la luz que hay en ti brille,
permite que lo nuevo se manifieste,
nuevos caminos llegan si te decides a soltar los viejos,
se acerca el tiempo de cosechar los nuevos frutos.

Coopera con tu comunicación interna.

Escucha lo que sientes y luego habla, escucha lo que sientes y luego actúa, respira y ordénate para poder estar en sincronía con el movimiento natural. En la mente hay muchas palabras y generalmente sólo hacen ruido, no comunican nada.
Tu silencio interno es tu comunicación espiritual, nos recuerda nuestra divinidad, el poder creador de la palabra y la receptividad para dejarnos guiar.

Escucha lo que el viento trae a tus oídos, siente con todos los sentidos, permite que tu energía se transforme y extiende tu comunicación. Ese aliento divino que te dió la vida está siempre, vuelve a lo sutil, suelta la tensión de la mente, la verdad está en el aire, el viento la comunica.

EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA:

Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna y regresar a mi origen, puro, inocente, sin juicios, sin temores. Todo mi poder es un potencial esperando ser liberado.

Ejercicio de escritura:
Aqui y ahora soy consciente de que si quiero expandir mi SER requiero creer en mis sueños…

¿Y quién puede creer más en mis sueños?

¿Si no soy yo quién vendrá a mi rescate?

Escribe las respuestas usando pensamientos, emociones y corazón. Un primer resultado durante el día -para que se vayan cocinando las verdaderas intenciones-; otro, antes de dormir.

Encuentra tu propio ritmo, Escúchate

Encuentra tu propio ritmo, Escúchate

Encuentra tu propio ritmo, Escúchate

 

Sugerencia de trabajo interno para el hoy.

Enfocaremos la energía del día para redescubrir nuestro propio ritmo.

Encuentra tu propio ritmo.
¿Intentas acoplarte al ritmo ajeno…
que te apuras o retrasas por no serte fiel,
que dejas de escuchar tu sabiduría interna para escuchar lo que dice “el afuera”,
o esperas que lo que nunca funcionó funcione porque debería ser así?

Cada vez que te desatiendes, pierdes tu equilibrio, tus emociones comienzan a desestabilizarse en la búsqueda de complacer algo que no es necesario y aun así no logras callar tu mente.

Es tiempo de permitirte fluir en tu propia esencia,
vivir en tu tiempo a tu ritmo,
escuchar tu voz y purificar cada rincón de tu mente donde algún mandato te está diciendo que lo que haces es correcto o incorrecto,
dejar de juzgarte,
dejar de desilusionarte de ti mismo,
no es tiempo de semejantes exigencias absurdas,
tú eres un hijo(a) amado(a) de la creación,
respétate,
escúchate,
siéntete,
valórate
y con ese amor incondicional permítete fluir en la vida experimentando el proceso de las cosas, en equilibrio.

EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA:

Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna y darme cuenta que ya he sembrado lo suficiente y que recoger la cosecha puede llevar tiempo… mi tarea es cuidar mi jardín interior… centrarme en lo que quiero que florezca allí.

Aquí y ahora cuido que mi siembra sea para disfrutar de mi ser, fluir con lo vivido. Cuando lo intento verdaderamente, el equilibrio es la única opción.

Ejercicio de reflexión y escritura:
Escojo a una persona para perdonar y agradecer ; evito reprimir emociones, me atrevo a sentir. Me mantengo en equilibrio disfrutando de sus recuerdos y enseñanzas.

”Si busco paz para mi mente, obtendré paz en mis acciones; si hay paz en mi interior, seré la luz de mi camino.” estadocero

 

Quinta Herida – Las 5 heridas de Vida

Quinta Herida – Las 5 heridas de Vida

La visión del YoSoy Cuarta HErida

Te comparto la sugerencia de trabajo interno para el hoy.

Utilizaremos la energía del día para revisar las cinco heridas que impiden ser uno mismo; parte V.

Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación. Si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras una máscara, que se construyó para no ver ni sentir esa herida. Con humildad y sinceridad cada quien puede reconocer sus heridas y sus máscaras.

La herida de la TRAICIÓN y la máscara del CONTROLADOR.

El alma que encarna para sanar esta herida nace con un padre (del sexo opuesto al suyo) con quien hay una fuerte atracción o lazo de amor, generando un fuerte complejo de Edipo que no se ha resuelto. Eso significa que la dependencia del padre de sexo opuesto es muy fuerte, y en sus relaciones futuras esperarán mucho de su pareja, esperando recibir lo que no recibieron de su padre/madre. En sus relaciones les costará comprometerse por miedo a ser decepcionadas (traicionadas).

De niño(a) se sintió traicionada por el padre de sexo opuesto cada vez que ese padre no mantenía su palabra o promesa, o cada vez que no cumplía sus expectativas de “padre ideal”. El niño también se sentía traicionado cada vez que su padre del mismo sexo se sentía traicionado por el padre del sexo opuesto. Una niña podría sentirse traicionada por su padre si sentía que este le daba menos atención cuando nació otro hermanito.
Para no sentir la herida de traición, la personalidad construye la máscara del control. Quieren mostrar al mundo que son gente de confianza, responsables, con palabra, fuertes, importantes.

La traición es tan inaceptable para ellos que son incapaces de reconocer que ellos mismos podrían ser capaces de traicionar a otros (o a sí mismos). Y eso es justamente lo que ocurre, aunque les costará mucho reconocerlo. Si por ejemplo ellos traicionan a alguien no cumpliendo su palabra, encontrarán todo tipo de excusas para justificarse, e incluso pueden mentir (algo inaceptable que hagan los demás). Son muy hábiles en decir a los demás lo que quieren oir, pero pocas veces piensan hacer lo que dicen.

Los controladores tienen fuertes personalidades, son líderes en potencia. Piensan que tienen la razón, intentarán convencerte, y probablemente lo conseguirán. Son de pensamiento y acción rápida, tienen talento pero les falta paciencia y tolerancia hacia los que son más lentos. Cuando las cosas no salen a su manera, pueden volverse agresivos con facilidad, que es una forma de mostrar su “fuerza” y su “control”. En realidad son las personas que tienen más altos y bajos emocionales, y no se dan cuenta que con su actitud volátil hacen que los que les rodean se sientan desorientados y traicionados.

Les gusta tenerlo todo bajo control. Llegan antes a los lugares, les gusta planear el futuro, son muy exigentes con los demás (pero no tanto consigo mismos), y encuentran difícil delegar y confiar en los demás. Cuando ven a alguien del sexo opuesto que no hace nada, le llaman “vago” y encuentran eso como una prueba para no poder “confiar” en esa persona. A los controladores les gusta que todo el mundo sepa lo mucho que ellos han hecho o están haciendo, para sentirse responsables y dignos de confianza.

Les cuesta mucho revelar sus intimidades, por miedo a que sea usado en su contra (desconfianza). Sin embargo, son los primeros en repetir a los demás los rumores de otros, y siempre tendrán “buenas razones” para hacerlo. Les gusta tener siempre la última palabra, les gusta organizar la vida de los demás (es una forma de manipular o controlar al otro). Son personas sensibles pero no muestran su sensibilidad pues están ocupados en mostrar su “fuerza” y su “control”. Tienen que saber un poco de todo pues les cuesta mucho aceptar que pueden no saberlo todo. Si alguien les pregunta algo que no saben, antes que decir “no sé” probablemente se inventarán la respuesta pareciendo que controlan el tema.

Odian sentirse controlados. Tienen problemas con la autoridad, pues piensan que les quieren controlar. No se dan cuenta que normalmente ellos están dando órdenes a los demás y decidiendo por los demás. Les gusta saber qué ocurre en todo momento, y dan su opinión sin que se la pidan. Su reputación es muy importante para ellos. Cuando hablan no se revelarán completamente; sólo hablarán de cosas que realzan su reputación, su confianza y su responsabilidad.

Tienen miedo a admitir sus miedos y a hablar de sus debilidades. Tienen mucho miedo a mostrar su vulnerabilidad, por miedo a que alguien se aproveche de eso y pueda controlarle. No les gustan las sorpresas, pues pueden perder el control. No se dan cuenta con qué frecuencia cambian de pensamiento y toman decisiones de último segundo que sorprenden a los demás. Son rápidos a llamar a los demás “hipócritas”, pues recelan con facilidad. No se dan cuenta que su actitud muchas veces es manipuladora y de hablar a las espaldas de los demás. Si alguien no confía en ellos – lo cual es normal hasta que no se sane la herida- se sienten traicionados.

El controlador tiene mucho miedo al compromiso. Son seductores (para controlar al otro) pero en el fondo tiene miedo que un fuerte compromiso pueda romperse, y sentirse traicionados. Pueden confiar más si no hay sexo involucrado. Sienten más confianza con los amigos que con la pareja, pues con la pareja el miedo a sentir su herida es mayor. El controlador experimenta más separaciones y roturas que cualquier otra persona. Creen que tener una pareja que esté “delante” o al mismo nivel que ellos sería perder el control y la fuerza. Prefieren apartar esa pareja de su vida para siempre por creer que no es digna de su confianza. Cuando empiezan a dejar de sentir la pasión/romance con la pareja, empiezan a sentirse decepcionadas, y encuentran maneras de hacer que su pareja les deje, y así no serán acusadas de traición.

La causa principal de sus problemas sexuales tiene que ver con el vínculo que crearon con el padre de sexo opuesto, a quien idealizaron tanto que ninguna pareja puede cumplir sus expectativas. Pueden incluso renunciar al gozo sexual, y siempre encuentran una buena forma de justificar su decisión.

¿Eres capaz de identificar esta herida en tu vida?

EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna, y darme cuenta que las heridas que no soy capaz de hacerlas consciente se manifiestan en mi vida como destino.

Ejercicio consciente: Toma 30 minutos para ti.
Si considero que tengo esta herida es importante darme cuenta y reflexionar que es mi padre del sexo opuesto quien la activa. Quien a su vez, tal vez ha sufrido la misma herida con su padre del sexo opuesto.
Normalmente quien tiene la traición como herida, tiene la herida del abandono. Por no querer o no poder aceptar su dependencia afectiva (con el padre de sexo opuesto) desarrollan la coraza y la máscara de control que les impida ver su herida de abandono.

Aquí y ahora aprendo a tomarme tiempo para reconocer mis limitaciones humanas como primer paso para mi proceso de sanación.

Segunda Herida – las 5 Heridas de la vida.

Segunda Herida – las 5 Heridas de la vida.

Buen día, te comparto la sugerencia de trabajo interno para el hoy.

Utilizaremos la energía del día para revisar las cinco heridas que impiden ser uno mismo; parte II.

No necesariamente tenemos las cinco heridas. Con humildad y sinceridad cada quien puede reconocer sus heridas. Reconocer nuestra limitación humana es el primer paso en el proceso de sanación. Si nos cuesta identificar nuestras heridas es porque nos ocultamos tras una máscara, que se construyó para no verla ni sentirla.

Veamos la primera máscara:

La herida del RECHAZO y la máscara de RETRAIMENTO.

Rechazar alguien es repelerlo, echarlo. La persona que nos rechaza nos dice “no te quiero a mi lado”. La persona que nos abandona dice “no puedo tenerte conmigo”, y nos deja para ir en busca de algo o de alguien. Hay que tener clara la diferencia entre rechazo y abandono.

La herida del rechazo es muy profunda, pues hace sentir a uno que su “derecho a existir” está siendo rechazado.

Un ejemplo claro son los bebés que no son bienvenidos al tenerse por accidente. La herida se activa sobretodo en la relación con el padre del mismo sexo. Es del todo humano pues, que no aceptes o odies al padre que tiene el mismo sexo que tu. No significa que tu padre te rechazara. Significa que tu interpretaste una o varias experiencias como si fueran un rechazo de tu persona. Otra persona lo podría haber vivido como una humillación.

Piensa que cuando un padre no se acepta sí mismo (se rechaza) y tiene un hijo del mismo sexo, es normal y humano que inconscientemente rechace a ese hijo, pues constantemente le recuerda su propio auto-rechazo.

Si sufres de la herida del rechazo, la no aceptación del padre del mismo sexo explica las dificultades que tienes en aceptarte y amarte a ti mismo. El padre del mismo sexo nos enseña a amar, a dar amor. El padre del sexo contrario nos enseña a ser amados, a recibir amor.

La persona con esta herida tiene ganas de desaparecer.

No quiere ocupar su espacio en la vida por miedo a ser rechazado. La máscara tras la cual se esconde esta herida se llama “retraimiento”, “retirada” o withdrawal en inglés. Sus cuerpos casi no tienen carne en los huesos, indicando que quieren desaparecer. Son personas que se cuestionan su derecho a existir, y parecen que no están totalmente encarnadas o enraizadas en sus cuerpos.

Los niños que construyen la máscara de retirada para no sentir el rechazo, son niños que viven en un mundo imaginario, son niños calmados que no hacen demasiado ruido y pasan desapercibidos. Sus cuerpos parecen frágiles, y eso hace que la madre sobreproteja al niño. Los niños sobreprotegidos se sienten sofocados por la madre; se sienten rechazados por no ser aceptados con sus limitaciones, tal y como son.

La persona que sufre el rechazo vive separada del mundo material, incluso de su instinto sexual. Suele atraer parejas que le rechaza sexualmente, o simplemente decide cortar su sexualidad por considerarlo “poco espiritual”.

Los retraídos creen que no tienen ningún valor.

Por eso intentarán ser perfectos, para merecer ese valor que sienten que les falta. Un hombre que diga “a los ojos de mi padre no soy nadie, y no hago nada bien” intentará ser perfecto (con todo el sufrimiento que conlleva tal exigencia) para ganarse algo de auto-valoración. Para ellos, ser juzgados por lo que hacen es igual a ser rechazados. Quieren hacerlo todo tan perfecto que les toma más tiempo de lo normal.

Los retraídos no sabrían qué hacer si reciben demasiada atención. Es como si su existencia fuera demasiada para ellos mismos. Por eso prefieren estar solos. Al aislarse lo que hacen es sentirse más y más marginados o rechazados.

Los retraidos se angustian cuando piensan que han podido rechazar algo o alguien (especialmente del sexo opuesto). Si tienes miedo a rechazar alguien, probablemente terminarás haciéndolo. Cuanto más miedo tenemos, más probabilidades hay que ese algo se materialice. Los retraídos se comparan con otros, y siempre se encuentran con menos valía que los demás. Les cuesta creer que alguien se pueda fijar en ellos e incluso enamorarse de ellos. Normalmente sabotean sus éxitos, pues no se sienten merecedores. Si sienten que acaparan demasiado espacio o atención, se bloquean pensando que están molestando a los demás, y temen ser rechazados. La parálisis ocurre sobretodo con gente del mismo sexo.

Si alguien les interrumpe cuando hablan, pensarán que es porque “no son suficientemente importantes”, y dejarán de hablar. Si interrumpes a alguien que NO sufre de la herida del rechazo, pensará que “lo que dice no es importante”, pero él sigue siendo igual de importante que antes. Los retraidos tienen miedo a dar su opinión si no se les pregunta, por miedo a confrontar a los demás, y exponerse a un rechazo. Tienen miedo a molestar a los demás. Se ocultan tras la máscara de la “vergüenza” y les impide mostrarse y ocupar su lugar.

Sus ojos esconden miedo. Pueden tener problemas de memoria debido a ese miedo tan profundo. Para retirarse más acuden a veces a las drogas y al alchool. No se permiten ser niños, se fuerzan a madurar rápido pensando que así serán menos vulnerables al rechazo. Por eso parte de su cuerpo parece a la de un niño. Como tienen dificultad para reconocerse como “alguien”, a menudo tratan de llegar a ser como otra persona.

Si no se dan permiso para odiar al padre del mismo sexo, su rechazo no aceptado puede conducirles al cáncer, una enfermedad asociada con el resentimiento que se sufre en aislamiento. Si reconoces que sufres de la herida del rechazo, es muy probable que el padre de igual sexo que tu también la sufra, y no sólo se haya sentido rechazado por su padre del mismo sexo, sino que se sienta rechazado por ti.

Acusamos a otros por todo lo que hacemos nosotros pero no queremos ver. Por eso atraemos personas que nos muestran qué hacemos a los demás o a nosotros mismos.

¿Eres capaz de identificar esta herida en tu vida?

EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna, y darme cuenta que una vez que la herida está sanada, detrás de esa máscara de retraimiento se encuentran personas:
– Con muchos recursos, dotados para lo creativo y la imaginación.
– Capaces de ser independientes y trabajar solos.
– Eficientes y con capacidad para tratar hasta el mínimo detalle.
– Capaces de actuar en casos de emergencia.
– Pueden disfrutarse a sí mismo y ser felices solos.

Ejercicio consciente:
Busco en mi historia de vida, señales o huellas de la herida del RECHAZO y su máscara correspondiente.

Aquí y ahora acepto mis heridas, reconozco mi trabajo interno y agradezco a los maestros que encuentro en el camino.

Las primera herida – las 5 Heridas de la vida

Las primera herida – las 5 Heridas de la vida

Las 5 Heridas de la vida

La sugerencia de trabajo interno para el Hoy.

Utilizaremos la energía del día para revisar las cinco heridas que impiden ser uno mismo; parte I.

Cuando un bebé nace, sabe en lo más profundo de su ser que la razón por la que se ha encarnado es la de ser él mismo al vivir diversas experiencias. Todos tenemos la misma misión al llegar a este planeta: «vivir las experiencias una y otra vez hasta que podamos aceptarlas y amarnos a través de ellas». Al nacer nos concentramos principalmente en las necesidades de nuestra alma, la cual desea que nos aceptemos junto con nuestras experiencias, defectos, potenciales, debilidades, deseos, personalidad…

Todos tenemos esas necesidades. Sin embargo, poco después de nacer, nos damos cuenta de que cuando nos atrevemos a ser nosotros mismos, alteramos el mundo de los adultos o el de los que están cerca de nosotros. Y de ello deducimos que no es bueno ni correcto ser naturales. Este doloroso descubrimiento provoca, sobre todo en el niño, crisis de ira, las cuales llegan a ser tan frecuentes que nos vemos obligados a creer que son normales. El niño que actúa naturalmente, que es equilibrado y que tiene el derecho a ser él mismo no pasa por este tipo de crisis. Por desgracia, este tipo de niño «natural» casi no existe. He observado más bien que la mayoría de los niños pasan por las siguientes cuatro etapas: después de conocer la alegría de ser él mismo en la primera etapa de su existencia, conoce el dolor de no tener el derecho de ser él mismo, que es la segunda etapa. Llega enseguida el período de crisis, de rebeldía, que es la tercera etapa. Con objeto de reducir el dolor, el niño se resigna y termina por crearse una nueva personalidad para transformarse en lo que los demás quieren que sea.

Algunas personas permanecen estancadas en la tercera etapa durante toda su vida, es decir, reaccionan continuamente, están enojados o en permanente situación de crisis.

En la tercera y cuarta etapa es cuando creamos numerosas máscaras (nuevas personalidades) que sirven para protegernos del sufrimiento. Estas nuevas personalidades o «defensas» son cinco, y corresponden también a cinco grandes heridas fundamentales que vive el ser humano:
RECHAZO – ABANDONO – HUMILLACIÓN – TRAICIÓN – INJUSTICIA.

¿Eres capaz de identificarlas en tu vida?

EJERCICIO DE ATENCIÓN PLENA: Respiro siete veces profunda, suave y conscientemente; disfruto de mi silencio y coopero con mis sentidos para sincronizarme con mi sabiduría interna, y empezar a autoconocerme desde mis grandes heridas fundamentales.

Ejercicio consciente:
Escribo una cuartilla que hablé de mi, en tercera persona… Ej. Joaquín es una persona confiable, amigable y respetuoso. Le gusta… Él cree…

Aquí y ahora acepto mis heridas, reconozco mi trabajo interno y agradezco a los maestros que encuentro en el camino.

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